lunes, 19 de mayo de 2014

El cuento realista: La foto de la señora

"Dìa 9:
          Ya terminamos de hacer las entrevistas y las fotografìas del campo para el documental. Ahora estamos volviendo a la ciudad para hacer la otra parte de este proyecto".
           Cuando terminè de escribir, empecè a contemplar el lugar: era un campo  seco sin plantas, solamente habìa arbustos secos y tierra seca y, en algunas zonas, habìa pasto seco. En algunos campos, se veìan restos de cultivos y de herramientas desgastadas, como si alguien estuviera viviendo allì y se hubiera mudado por la sequìa que había en el campo. Mi esposo y yo seguíamos viajando, para ir a la ciudad.
 -¡Qué bueno que terminamos esta parte!-dijo Taylor-Solo faltan 20 minutos para llegar a la ciudad.
 -Sí, es cierto.-respondí.
           Despues de 5 minutos sentimos  que el auto iba más lento, hasta que se frenó. Taylor fue a ver el problema yresultó que se había roto el motor. Mientras mi esposo lo trataba de arreglar, vi que había un campo con una especie de construcción roja y también había un rastro de humo que salía de ella; avisé a mi esposo que iría a dar una vuelta y me acerqué al lugar.
           Me di cuenta de que era una familia que vivía en una carpa que estaba trabajando. Había una señora que cuidaba a 7 chicos y todos estaban vestidos con remeras y jeans sucios y rotos y los niños tenían el rostro sucio. Se notaba que eran pobres, pero lo que era raro era que no estaban viviendo en los campos de Resettlement Administration. Era una buena escena para tomar una fotografía. Entonces, me acerqué para preguntarle a la señora, que supongo que era la madre de los niños, lo de la fotografía.
 -Disculpe señora,¿puedo tomar una fotografía con los niños?
 -¿Para qué?-me respondió
            Le explique el proyecto y ella aceptó. Lo hizo para ayudar a otros.
            Después de la conversación que tuvimos con ella, Taylor empezó a llamarme. Me despedí de la señora, le di las gracias y fuí hacia el auto. Taylor me dijo que ya había arreglado y pudimos ir a la ciudad. Cuando llegamos, revelamos las fotos y la foto que le saqué a la señora era una de las mejores. Fuí a publicarlo en el diario y después fui donde ellos vivían, pero nunca más la encontré.
FIN

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